En el encuentro anual de la American Society of Clinical Oncology (ASCO), se habló mucho, de la gran utilidad de la biopsia líquida para el diagnóstico, el tratamiento y el seguimiento de distintos tipos de cáncer.

Hemos visto trabajos realizados con la colaboración de pacientes con tumores de mama y colorrectal, que han servido para validar el uso de esta prueba complementaria con el fin de ampliar la información genética de los tumores y agilizar la toma de decisiones clínicas. Saber cómo evoluciona o qué heterogeneidad tiene ese tumor es esencial para tratar correctamente a cada paciente, mejorar sus perspectivas y reducir lo máximo posible la toxicidad que lleva asociada cada terapia.

Los test genómicos o moleculares en biopsia líquida, se realizan extrayendo y analizando una muestra de sangre del paciente, que contiene ADN tumoral circulante. Se trata de una alternativa en aquellas situaciones en las que no es posible realizar una biopsia de tejido, que en ocasiones puede llegar a ser invasiva y molesta para el paciente.  De esta manera, se puede extraer mucha información de un tumor, especialmente qué fármacos van a funcionar mejor y eliminar de la lista aquellos que no van a ser efectivos.

Un ejemplo de los estudios genómicos de este tipo que podemos encontrar en nuestro día a día es OncoSELECT, un test desarrollado por OncoDNA que ya abarca 58 genes y biomarcadores con relevancia clínica en todo tipo de tumores sólidos. Se trata de una herramienta renovada que nos hace avanzar un paso más en el cada vez menos desconocido camino de la medicina personalizada. Nos permite identificar las alteraciones que han dado lugar al cáncer y a poder seleccionar tratamientos más específicos y adecuados para cada caso.

 

Puede leer la noticia completa aquí